martes

Hullabalooza

Sería fabuloso comenzar citando a algún filósofo moderno alemán, pero a los pedantes no se nos hace ningún caso a día de hoy, así que lo más conveniente es disimular y fingir que no lo soy.

¿Saben qué es Hullabalooza? ¿Además de una referencia a la cultura pop extraída de Los Simpson?

Hullabalooza es un espacio donde rebanarme los sesos, y si surge la ocasión, exprimirlos y ofrecerles un vaso lleno de materia gris a todos los presentes.

Es un espacio de debate individual y coloquio unilateral, donde no se acepta más opinión que la mía, pero en el que todo el mundo es libre de ser censurado y denostado.

Hullabalooza es el último grito. El de agonía. Un grito que reclama atención desesperadamente.

Hullabalooza es una pérdida de tiempo, un saco de boxeo, un blog, una nueva fórmula que me he inventado para follar más, una víctima de mi creatividad, una bomba de relojería, un rapero americano desarmado, un ciervo huérfano e indefenso, un anuncio de Spotify, un esputo de Beyoncé, una mentira piadosa, una crisis económica, un tramo del Camino de Santiago, un cero a la izquierda, un guiño de Jim Carrey, un cheque sin fondos, una joven promesa del hockey sobre hielo, una stripper dentro de una tarta, una secuencia infinita de conceptos del todo inconexos, una tormenta de verano, un joven Luis XVI perdiendo la cabeza por una chica, un helicóptero de salvamento, una colina solitaria, una madre adolescente, una humedad incómoda en la entrepierna, un chiste de Irene Villa, una curiosa coincidencia...

Sean todos ustedes bienvenidos a Hullabalooza.

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